martes, 20 de enero de 2009

El marxismo y la política

El siguiente es un resumen de la aportación de Alex Callinicos a la compilación hecha por Adrian Leftwich, titulada: ¿Qué es la política?. La Actividad y su estudio, editada por el Fondo de Cultura Económica de México y traducida por Evangelina Niño de la Selva.

El marxismo niega que la política sea una característica persistente en toda sociedad. Dónde exista no puede estudiarse aislada de la sociedad. Al ser tanto un marco de análisis teórico como un programa práctico busca la abolición de la política. Lo que determina la naturaleza de la política es su papel dentro de la totalidad social, y no al revés. Sólo hay una ciencia que abarca e integra todas las disciplinas que a la sociedad atañen: el materialismo histórico, es decir el estudio sistemático de las formaciones sociales que fundó Marx. Éste desafía a la fragmentación de las ciencias sociales existentes.

Según Lenin la política es la expresión más concentrada de la economía. Los conflictos que se generan en el conjunto social se generan el nivel de las fuerzas productivas y relaciones de producción. La suma de las relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad, fundamento de la superestructura legal y política donde se enmarca la consciencia social. El ser social determina a la consciencia, y no al revés. La producción tiene dos aspectos:

1) El aspecto material. La producción material son las fuerzas productivas, que vendrían a ser lo que hoy llamamos tecnología, es decir el conjunto de instrumentos de los que nos valemos para producir objetos, así como la fuerza física, la habilidad y el conocimiento que se emplean para poner en marcha estos instrumentos. La historia es el desarrollo o sofisticación de esas fueras productivas.

2) El aspecto social. La manera de cooperar e intercambiar las actividades productivas, hace que los individuos entren en contacto y relación definida entre sí. Las relaciones sociales de producción han dado lugar a una sociedad dividida en clases. Las relaciones sociales de producción vienen dadas por el modo en que alguien controla o no los medios de producción.

La sociedad de clases se divide entonces en una minoría que puede controlar los medios de producción y en productores directos que forzados por el control de los primeros, tienen que llevar a cabo un excedente en la producción. El trabajo se convierte así en una herramienta de creación de excedente para el dueño de los medios de producción, y no en un medio para satisfacer las necesidades del productor directo y de las personas que pueda éste tener a su cargo. La extracción de este trabajo excedentario recibe el nombre de explotación, El origen de las ganancias del capitalismo está pues en la plusvalía extraída de los trabajadores en la producción.

La política sólo puede entenderse en el contexto de un proceso de cambio histórico. La relación entre fuerzas productivas y las relaciones de la producción es dinámica. Éstas entran en conflicto y las formaciones sociales pasan por un cambio. La expresión de este conflicto es la lucha de clases. Ésta es la fuerza motriz de la historia: el modo en que el explotado se resiste al explotador. El Estado, que es la superestructura de la lucha de clases, es pues la relación entre gobernantes (dueños de las condiciones de producción) y gobernados (productores directos). Al ser la lucha de clases un fenómeno transitorio, la política también lo es.

Pero, ¿no ha existido siempre la toma de decisiones colectivas?, ¿no han existido siempre los conflictos de interés entre individuos?, ¿no han existido siempre el uso de la fuerza y la coerción?, ¿no ha habido siempre desigualdades entre individuos entorno el poder?.
El lugar dónde se gestionan el conflicto, la fuerza y el poder, es el Estado. La formación de Estados es parte del proceso que divide a la sociedad en clases, ya que su justificación viene dada por la presunta existencia de diferencias irreconciliables entre individuos. Así los Estados se alzan organizando el poder de una clase que oprime a otra.

El autor piensa que el cuadro analítico que usa Leftwich para analizar sociedades de manera análoga, no tiene en cuenta el concepto de clase social y las relaciones sociales de la producción, que sitúan los intereses de los individuos en una sociedad de clases. La política trata del Estado porque es dónde yace la fuerza de una clase en particular.

Dada la anterior afirmación, los conflictos son el modo en que las clases sociales antagónicas luchan por obtener, retener o influir en el poder del Estado. La política no puede resolver los conflictos que la generan. Los conflictos que genera el antagonismo de clases sólo son solubles mediante la revolución social. La lucha de clases lleva necesariamente a la dictadura del proletariado, y ésta a la abolición transitoria de las clases. El capitalismo crea las condiciones sociales y el material para una sociedad comunista, sin clases. Marx niega que vivamos en una sociedad de recursos escasos, ya que afirma que la escasez es resultado de las relaciones capitalistas de producción.

Es cuanto menos paradójico la abolición de la política por medios políticos.

El capitalismo crea las condiciones para el comunismo, ya que crea una clase trabajadora que se organiza por el mismo aparato de producción capitalista. Los trabajadores, que se resisten a ser explotados, se organizan políticamente en sindicatos, que se orientan a la lucha política: el derrocamiento del Estado y el establecimiento de instituciones de poder de los trabajadores. La dictadura del proletariado es pues un fenómeno democrático temporal ya que al acabar con el antagonismo de clases, el Estado se marchita, y se instituyen después de la revolución social organizaciones de poder organizadas democráticamente.

Esta teoría pone todo conflicto en el marco de un conflicto de clases. Ahora bien, ¿qué sucede con los conflictos en sociedades sin Estado?, ¿qué sucede con la existencia de otras desigualdades no vinculadas a la explotación de clases?, ¿Es el Estado moderno liberal democrático una institución coercitiva de las clases? Dos aclaraciones al respecto:

1) El marxismo no asegura que no hayan de existir conflictos en sociedades sin clases (pre o postestatales). Dice que los conflictos no serán por intereses de clase antagónicos, y que por lo tanto no hará falta un aparato de coerción especial. Una sociedad comunista más que suprimir la individualidad, permitiría su expresión plena.

2) El marxismo no asegura que toda desigualdad tenga como origen el antagonismo de clases. Sin embargo, intenta explicarlas dentro de un sistema de explotación de clases.

1 comentario:

Gastón Sayago Paladini dijo...

¡Excelente reseña! Es muy difícil sintetizar semejante sistema de pensamiento como lo es el marxismo.