lunes, 1 de septiembre de 2008

Todo sigue igual

Empieza hoy el año segun algun iluminado. Pues sí, creo que tiene razón. Hoy, después de muchos días adormecidos por el nihilismo vacacional, el ruido vuelve a la ciudad. Ruido en mayúsculas.
A algunos aún nos quedan unos días de descanso, de recargar las pilas para volver a empezar. A otros, nada de eso. Hoy, vuelvo a oír rugir a los coches y autobuses. Hoy, vuelvo a ver a los peatones caminar con un cacao mental apartente impresionante. Hoy, vuelven a sacar fuego entre los colmillos los televisores, vuelven los libros a las estanterías de dónde salieron, y empieza a agonizar el verano, aproximando muy a su pesar la caída de las hojas y la llegada de la ropa de abrigo. Hoy, me doy cuenta de que todo sigue igual.

No nos daremos cuenta, y ya colgaran de las calles las luces de Navidad. Volveran las gentes a inundar las calles en busca de cualquier objeto sin más valor que el material. Volveremos a olvidar el verdadero valor de las cosas, enfríaremos las relaciones personales, y nos sumergiremos sin quererlo pero sin más remedio, en el día a día, en la rutina, en la kafkiana repetición que adormece con el frío los atardeceres del otoño.

Y estoy seguro que volveremos a preguntarnos cada día al aplastar los colchones: ¿Para qué? ¿Para qué todo ésto? ¿Para qué me levanto, me machaco, y me vuelvo a levantar, si todo sigue igual?

Radica en el número de personas que se hagan esas preguntas, la utilidad de todo ésto. Titulaba un compañero hace poco un artículo sobre las bases para el cambio de este modo: La potencia de tanta impotencia.

Somos muchos los que creemos que todo ésto es una mierda. MUCHOS. Este verano hemos seguido viendo lo de siempre en diferente formato. Nos siguen llenando los oídos de la palabra crisis sus responsables, vemos como se calientan las pugnas entre los países de la Unión Europea, entre distintos bloques que parecían haberse difuminado, vemos como crecen las tensiones y las discordias en los aparatos institucionales, etc. Y todo movido por un mismo mecanismo: el mecanismo del interés por el máximo beneficio. A uno le da asco ver como tratan a las personas: como simples objetos movidos de la manera más conveniente para obtener el máximo rendimiento. Este rendimiento se reparte luego entre unos pocos, y a los demás que les den.

Miren sinó como nos tratan a todos:

- Señor imigrante bienvenido a nuestro país. Gracias por venir y por prestarse precariamente a cuidar de nuestros mayores, a construirnos los chalets y a cosecharnos las lechugas. No obstante, ahora debemos informarle de que ya no nos hace falta, tenemos crisi y lo último que nos podemos permitir es pagarle la seguridad social. Vaya usted con Diós y con suerte, que la va a necesitar en el centro de internamiento que le hemos preparado.

- Señor trabajador bienvenido al engranaje que le da de comer. Le informamos que está usted supeditado a nuestro interés, por si no lo sabía. Así pues su salario y su puesto de trabajo quedan condicionados por nuestra ganancia, la cual no pensamos reducir ni un euro. Le informamos también que puede usted afiliarse a Comisiones a UGT, con las cuales mantenemos cordiales relaciones. Como no, puede usted ejercer su derecho a voto en esta magnífica democracia, contribuyendo así a nuestro hermoso juego. Elija: PP o PSOE? Eso va a su gusto, elija el color: azul o rojo. Por cierto, buena suerte: la va a necesitar.

- Querida señora. Oh gracias por tu eterna solidaridad, por trabajar horas y horas cobrando menos que cualquier hombre. Gracias también por limpiar la casa y cuidar de tus hijos durante toda la puta vida sin cobrar un puto duro. Le informamos que no nos gusta que su marido le pegue, pero seguimos impulsando prototipos machistas. De la misma manera nos complace informarle de que quizás nos planteamos darle el derecho a decidir sobre su cuerpo, aunque solo lo haremos si nos hacen falta unos pocos votos. Ah, nos descuidábamos, mucha suerte.

- Querido estudiante, gracias por elegir nuestra magnífica red universitaria. Esperemos que se adapte pronto a las duras condiciones del estudiante. Le informamos que este año empezaremos a machacarle con horas no presenciales, y vigilaremos cualquier movimiento suyo. Todo es por su bién, y por el bién de la educación pública, gracias. Le subiremos las tarifas y le daremos un enseñamiento más generalizado. Si se quiere especializar pague usted, gracias. Si se pasa un pelo de la raya, contamos con un dispositivo de gosos de cuadra que le darán una ejemplar paliza. Si necesita cualquier cosa, no dude en hacernoslo saber. Por cierto: suerte, mucha suerte.

- Querido medio ambiente, le informamos que nos la sopla su estado. Como ha podido observar en este último siglo, sus recursos son nuestra vida, y sus límites nos los pasamos por el trasero. Le adelantamos que va a sufrir usted un calentamiento que no sabemos si podrá aguantar, pero tranquilo que podemos reducir alguna emisión si nos vemos muy apurados. Por cierto, suerte...Ah, ¡no! Que a usted no hace falta que le mintamos, no nos entiende.

Querido ciudadano vaya usted a votar, y participe así del magnífico juego de la democracia. Le garantizamos que estaremos abiertos a cualquier petición y escucharemos sus problemas como si fueran los nuestros. No dude ni un instante que los intereses privados no seran para nosotros ni un límite ni una ambición. No dude que dejaremos de crecer, que le aumentaremos los derechos y le reduciremos los deberes. Haremos escuelas, guarderías y hospitales, y nuestros mayores estaran bien cuidados. Ni un solo ciudadano vivirá debajo de un puente, pues contamos con la espléndida carta magna que los ampara. Podran ustedes expresarse sin miedo a la represión. Podrán ustedes decidir sobre su futuro y el de su descendencia. Eso sí, vótenos, porqué si no no nos podemos pasar todo esto por el forro.

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Hoy, día 1 de setiembre, quiero apartar la impotencia y escupirles a todos en la cara. Quiero darle la mano al africano que se muere de hambre, al osetiano destruido por la guerra, al oriental asesinado por decir lo que piensa, al ecuatoriano asfixiado por una deuda que nunca contrajo, a la norteamericana que perdió a su hijo en Irak, al mundo entero. Hoy quiero hacer saber a todo el mundo que aunque todo sigue igual, solo depende de nosotros cambiarlo. Hoy quiero salir a la calle, cogido de la mano del rebelde, y decirles a todos que estoy harto, que basta ya de hipocresía y de mentiras, que nos den lo que es nuestro. Hoy, me gustaría vengar las lágrimas, la sangre y els sudor de tanta gente que desfalleció en el intento, y gritar con un clavel en la boca que otro mundo es posible, y que solo depende de nosotros para cambiarlo.

Suerte en este nuevo año.



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