martes, 14 de agosto de 2007

Portal de l'Àngel

Es curioso ver como una de las calles más famosas de Barcelona, dónde la mayoría de los ciudadanos de ésta realizan sus compras navideñas, de rebajas o de cualquier otra época del año, está colonizada por el imperio de Amancio Ortega. Se trata del imperio comercial más megalómano de la marca textil española (y europea quizás), el imperio INDITEX. Se trata de El Portal de l'Àngel, una de las calles más comerciales de Europa.
Paseando por Barcelona, uno se percata de muchas cosas, así que me he decidido a salir a la calle, tomar libreta y bolígrafo y constatar todo lo que veo, todas mis reflexiones, y plasmarlas por escrito. Pues en otros paseos ya he observado muchas otras cosas y me gustaría dejar constancia de ellas.
Personalmente, esta calle es una de las que más he visitado del centro de Barcelona hasta ahora, pues allí se encuentran todos los centros de atracción al adolescente. Hablo desde la experiencia personal, ya que en un espacio reducido (Portal de l'Àngel - Portaferrisa) confluyen las tiendas de las mejores marcas, las que están más de moda, las que consumen y visten el 75% de jóvenes de mi ciudad, las mejores tiendas de chucherías, golosinas y gofres, las mejores heladerías, los mejores centros de comida rápido, las joyerías más baratas con todo tipo de accesorios y caprichos, etc. Antes, meses atrás, quizás un año como mucho, paseaba por allí con amigos para ejercer el consumismo al más puro estilo de peli americana. Ahora (y no me escuso de haberlo hecho antes) lo hago con una mirada crítica, acompañada de una reflexión.
Pues bien, entre un tumulto de tiendas INDITEX, Mangos y Cortefiel y de consumidores abstraídos y enajenados, sobreviven (y nunca me había dado cuenta), una fábrica de peines y artículos de tocador, una joyería tradicional y un palacio del juguete del 1939 (que te envía nostalgia en altas dosis). Conviven también un quiosco y una librería, como si quisieran, simbólicamente, sacara a la superficie un respiro cultural.
En el Portal de l'Àngel se mezclan los sondios de la muchedumbre, los timbres de las bicicletas urbanas y las melodías y timbres de los grupos amateurs que intentan rescatar al peatón de su tarea consumidaora unos instantes, para esbozar una sonrisa en sus ojos fatigados.
Este espacio, está también, aprovechado (muy astutamente), por grupos de jóvenes activistas que recojen firmas entre los transeúntes, y hacen performances primerizas; por televisiones locales que compiten por obtener el magazine más atractivo, empleando todo su esfuerzo en encontrar al reportero más gracioso.
Es entonces, El Portal de l'Àngel, uno de los centros comerciales de Barcelona, dopnde se más heterogeniamente la relación entre sus ciudadanos, donde se ve más claramente la relación entre empresa y consumidor. Se ven también, gracias a Newton, movimientos alternativos al ánimo de lucro que impera en esta calle, luchando por un cambio en esta sociedad.

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