En el sendero de mi vida triste hallé una flor
y apenas su perfume delicioso me embriagó.
Cuando empezaba a percibir su aroma, se esfumó,
y así vive mi alma, triste y sola, así vive mi amor.
Queriendo percibir de aquella rosa su perfume y color
que el lloro triste de mi cruenta vida cegó.
Como la rosa, como el perfume, así era ella;
como lo triste, como una lágrima, así soy yo.
1 comentario:
Preciós
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